ESTILO Y ORNAMENTO

 Los estilos y ornamentos arquitectónicos son elementos claves en la definición y la apariencia carácter de los edificios a lo largo de la historia. El estilo arquitectónico es un sumamente relativo, es decir cambia dependiendo del proyecto, y tiene la cualidad de modificarse para adaptarse de la mejor forma a la estructura y su función. Por esto cada etapa arquitectónica tiene su propio estilo característico y su propia forma de ornamentación. Etapas distintas desde la clásica, gótica, renacentista entre muchas otras han podido dejar una huella significante en la historia gracias a sus estilos distintivos, además estas características influyen en la arquitectura día a día en múltiples formas en los proyectos arquitectonicos. Cada estilo refleja no tan solo las tendencias estéticas de su tiempo sino también los avances tecnológicos y las creencias filosóficas en las sociedades que se adoptaron.

 

El estilo alcanza armonía original, cabal e irrepetible, esta se identifica con la originalidad y el desprecio por los modelos. Con esto digo que el estilo arquitectónico es un conjunto de características y elementos distintivos que identifican y definen las construcciones de una determinada época religión o de un artista en específico, es decir cada arquitecto famoso tiene su propio estilo que lo define y tiene sus propias características que se encuentran en él. Esto es estilo no tan solo definen la apariencia externa de las edificaciones sino también su organización interna y su relación con el entorno.

 

La ornamentación son motivos repetidos en un sistema decorativo. Es decir elementos específicos o detalles que forman parte de un sistema decorativo. Esos elementos decorativos y detalles aplicados a un edificio son puestos allí con el propósito de embellecer los y conferirles un carácter distintivo. Los ornamentos pueden ser tantos estructurales como puramente decorativos, y su uso y diseño varían significativamente a lo largo de los diferentes estilos arquitectónicos y las épocas históricas. El ornamento es un elemento auxiliar que requiere que se repita.

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Esos componentes trabajan juntos en la arquitectura para crear una expresión visual y funcional coherente y atractiva en los edificios. Estas características se manifiestan de forma general del edificio o como distintos detalles singulares que lo componen. El estilo proporciona la base estructural y estética mientras que la ornamentación añade los detalles que embellecen y refuerzan esa base. Juntos estos crean una experiencia arquitectónica completa en que la forma y los detalles se unen para comunicar una visión artística cultural y funcional coherente. Es sumamente importante tener estos factores en cuenta al diseñar una estructura ya que es un diseño bello y fino el que capta la atención del público y lo que hará que el edificio sea memorable.